Después de 30 años

Después de 30 años…

Miriam Suárez Vargas

Casa de la Mujer cumplirá muy pronto 30 años de trabajo arduo, de militancia y compromiso inclaudicable con las mujeres, niñas, adolescentes y jóvenes. En su trayecto de intercambio con otras poblaciones que soportan la discriminación, la violencia, la exclusión y la opresión sistémico-estructural; fue aprendiendo, fortaleciéndose y enriqueciéndose con la palabra compartida que hilvana luchas y teje esperanzas.

Un día, debajo de un árbol, se sentó con las mujeres y con los pueblos indígenas, conoció sus viejas luchas, sus justas reivindicaciones y sus interpeladoras demandas, se escucharon y hablaron juntxs, soñaron vivir en “otra” sociedad, una muy distinta donde quepa la diversidad y la libertad es costumbre. Sociedad en cuyo seno nadie se adueñe jamás del trabajo ajeno, así caminó senderos y recorrió intersticios con trabajadoras del hogar, con campesinas y con indígenas, en ese trajín conoció a las compañeras trans y se abrazó con lxs compañerxs gay, lesbianas, bisexuales, queers y con todas las pluriversalidades que habitan este territorio y que se reafirman en su lucha por transformarlo, y en este paisaje de palabras, de silencios, de opciones y de acciones, se erigieron tertulias y se imaginaron solidaridades creativas, juntxs siendo cada quien distintxs.

Nuevos acuerdos con viejas rebeldías, con resistencias añejas para convivir en armonía. Lo emergente que se pinta de nuevo, sin renunciar a las utopías revolucionarias, y allí también, nos encontramos con lxs compañerxs de ayer de las mil y un batallas.

Treinta (30) años ya, de un proceso de acumulación de vida cargada de fuerzas, de enojos, de rabias contenidas y llantos compartidos, pero también, de sabias alegrías y austeras conquistas, fabricando sin pausa estrategias contra opresores y opresiones, desde el neoliberalismo hasta farsantes dictadores, pasando por aquellos que defienden el capital y el colonialismo, sentó así sus bases de combate frente al patriarcado y sus expresiones más visibles y degradantes: la violencia en razón del género.

Así, caminó Casa de la Mujer por todos los rincones y todas las esquinas, develando y denunciando todas las formas de violencia machista que empiezan por lo mismo: el control del cuerpo y la sexualidad de las mujeres, la apropiación del trabajo femenino y la explotación de los cuerpos hasta su máximo potencial.

Hoy, esta Casa de la Mujer está conformada por un grupo de personas, quienes abrazan el feminismo como pensamiento libertatario y emancipador, tan amplio como para cobijarnos a todas, todos y todes, con 30 años de vida, la Casa aún se siente provocadora y sediciosa para continuar empujando la rueda de las transformaciones socio-políticas, batallando cada día, peleando centímetro a centímetro cada espacio posible y se siente con fuerzas para disputar en cada minuto de vida, las igualdades en la diferencia, despojando del camino, los obstáculos que buscan eliminar todo el catálogo de derechos humanos conquistados en la guerra más larga de la historia, aquella que se libra contra la utilización del cuerpo humano, particularmente el de las mujeres, reducido a simple objeto listo para ser manipulado.

Vamos compas de la Casa de la Mujer, desandemos el camino de las utopías, aún nos faltan trechos por recorrer, continuemos afinando estrategias y tácticas colectivas para encontrar aquel horizonte común compartido y en esa ruta acuerpémonos con nuestras alianzas persiguiendo éste fin político y celebrando la vida en un aquelarre de laicidad.

22/04/2020

#Sororidad #30Años 

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