¿Quién tirará la primera piedra?
Miriam Suárez Vargas
Casa de la Mujer
3 de mayo de 2017
En medio de toda la presión social que se mueve debido a la intransigencia de los fundamentalismos, nos encontramos las mujeres a quienes se nos niega el derecho a participar en los debates y tomar decisiones libres y responsables. Acaba de concluir una asamblea de “hombres” de la iglesia católica que concluye con algunas opiniones que rayan en el desconocimiento de lo que es un Estado Laico que respeta las creencias de la población, no favorece a ninguna creencia y no influye en las políticas públicas.
Si seguimos la línea de un Estado Laico, los debates sobre el proyecto del nuevo Sistema Penal no deberían recibir la incidencia de una institución religiosa, porque eso abriría la posibilidad para que todas las creencias religiosas exijan el mismo tratamiento, es decir a espaldas de las interesadas, influir en las políticas públicas dirigidas a proteger los derechos de la ciudadanía, sin discriminaciones de ninguna clase.
Como ciudadana y como mujer me veo en la obligación de aclarar una cuestión: el proyecto del nuevo Sistema Penal es amplío y hace un esfuerzo por avanzar, como le corresponde a cualquier Estado que entiende la progresividad de los derechos para su reconocimiento y ejercicio. El artículo 157 referido a la interrupción voluntaria del embarazo, no hace a la integridad del proyecto del Sistema Penal que ataca la incredulidad de la sociedad en el sistema de justicia, busca superar los vicios y sesgos de sus operadores, como por ejemplo, el sesgo de género en su administración que no aporta a la solución de la violencia machista que amenaza la vida de las mujeres.
Los detractores del proyecto, focalizan su odio en las causas para interrumpir un embarazo, sin siquiera echar un vistazo a las estadísticas de la mortalidad materna en Bolivia. Las cifras son alarmantes, cada día, 200 mujeres al practicarse un aborto inseguro, viven la experiencia de poner sus vidas en riesgo; diariamente, 150 mujeres acuden a los hospitales con complicaciones de abortos. En Bolivia la tercera causa de las muertes maternas son las interrupciones inseguras que no cuentan con atención médica, como lo establecen la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la CPE.
No es mi intención opinar sobre las actuaciones de un sacerdote beniano, sin embargo las opiniones vertidas después de difundirse unas fotografías que violan los pregonados votos católicos, son una defensa que empieza por subrayar la condición humana del hombre, menciona que “quien se sienta libre tire la primera piedra” y termina diciendo que el perdón es lo que aprendimos en la iglesia, por lo tanto, deberíamos ser flexibles y reconocernos como seres falibles. Por qué no opinar igual de las mujeres? Porque todos quieren tirar la primera, la segunda y la tercera piedra contra ellas? Acaso esto no es una hipocresía de una supuesta moral que discrimina a las personas según el sexo que tienen? Disculpen el aborto es un tema de salud pública y de derechos humanos y no hay discusión al respecto.