Ayunar con hambre
El último mandato de la presidenta interina: “ayunar y orar con fe para vencer la pandemia”, el pedido de la presidenta nos remonta a tiempos medievales cuando el argumento de la salvación divina era la oración, mientras se castigaba a las supuestas pecadoras, buscando evitar cualquier “contagio”, se las persiguió, se las humilló, se las torturó y se las quemó. Miles de mujeres (brujas) en aquel entonces, tuvieron el coraje de denunciar el hambre que sentían sus hijos, la explotación y los excesivos tributos que pagaban a la aristocracia y los gobernantes de turno; sépase que la hoguera nos privó de sus sabidurías, de los conocimiento naturales de la medicina, entre otras cosas valiosas.
El pedido de la presidenta se hace después, de más de 40 días del encierro sanitario, que tiene a las familias entre súplicas y reclamos para compartir un pan entre los suyos. Hace pocos días, una niña se suicidó por hambre en Montero, me pregunto: cuál será el dolor que siente una madre al ver inmolarse a una hija, quien sentía estrujones en su barriguita porque llevaba días sin comer.
Este fin de semana, se vio en Roboré a la hija de la presidenta, Carolina Ribera Añez, llegando en un avión de la Fuerza Aérea Boliviana a descansar y des-estresarse en las Aguas Calientes de ese municipio, cuántas veces habrá ayunado Carolina, cuántas veces habrá sentido hambre, habrá tenido pan para llevar a la boca y distraer su barriga. Total, la gente anoticiada del aterrizaje del avión de la FAB, pensando en ayudas que llegaban desde el gobierno, se aproximó al hotel donde descansaba, sin conseguir una honrada respuesta. Cómo explicará doña Jeanine el uso de un avión oficial para un viaje de placer, será que el ministro Murillo caerá con el mismo rigor de ley que aplica a las mujeres de las ollas vacías o a quienes se animan hacer pública y manifestar su hambre? Tenemos en la memoria sus medidas draconianas contra la población de Riberalta.
Señora presidenta transitoria, deje de fingir, sus pedidos de oración sólo nos recuerdan tiempos inquisitoriales, curas con la cruz y la espada que ayudaron a someter y desplazar a los verdaderos dueños de este territorio. La gente no necesita ayunar, es comer lo que necesita y usted tiene la obligación de garantizarles el derecho elemental al alimento y en consecuencia, el derecho a la vida.
Quien escribe estas líneas trabaja en Casa de la Mujer y le cuento que allí llegan mujeres con hijos/as que no saben cómo alimentarlos, también llegan pedidos de auxilio inmediato porque las madres se niegan a ver morir a sus hijos/as sin que ellas hagan algo, podría usted ayunar y orar tranquilamente, ignorando el hambre de sus hijos, no mienta, si usted es madre lo sabe tan bien como yo.
Otro dato que parece Usted desconocer, es que en este país de diversidades, la indocumentación es una expresión de la pobreza, vivir en los márgenes de los pueblos o en la periferia urbana es otra cara de la pobreza, mientras usted saca a las calles a sus militares que nunca supieron cuál es su rol, quienes viven en esos márgenes son apresadas/os como delincuentes cuando caminan creyendo ser merecedores de sus bonos. Tanta confusión con unas medidas poco efectivas y discriminatorias que no entienden que este Estado es Plurinacional y Laico
Con tal razón, Casa de la Mujer con pequeños esfuerzos, distribuyó alimentos a las Promotoras Comunitarias y a las mujeres quienes cumplen el rol de madre y padre de sus hijas/os y no lo hace para sustituir su labor, tampoco con un sentido asistencialista, es un acto de rabiosa solidaridad ante el dolor y la ausencia de un Estado que cada día nos miente más, desde las noticias hasta la jornada de ayuno que Usted y sus hijos no cumplirán.
Miriam Suarez Vargas
27 de abril 2020